Se gripó el motor… o los difusores no funcionaron, o el conducto F se torció o los neumáticos andaban fríos, o la trócola tenía vida propia. El caso es que no salieron las cosas y se perdió la carrera, y eso que la salida fue buena. Desde el primer momento los naranjas tomaron la cabeza y supieron mantener la posición cerrando el interior al rival en cuanto asomaba el morro, al mismo tiempo que se aceleraban las acciones creando ocasiones de peligro buscando ese tanto que dejara atrás a los rojillos y la pista despejada. Pero no fue así, el Montecarlo supo aguantar ese tirón inicial y poco a poco se fue asentando en la pista, controlando las acometidas del Juventud y acechando con peligro la espalda de la retaguardia naranja. Total, que a la salida de una curva, el equipo naranja deja la puerta abierta y el rival no duda en aprovecharla sobrepasando limpiamente al septiplaza de los tigres y colocándose en cabeza de carrera, posición que ya no abandonaría hasta el final del encuentro. Poco después, con el Juventud todavía ajustando los reglajes, el Montecarlo da un nuevo acelerón y en un saque de esquina consigue el segundo tanto y más tierra de por medio. Así las cosas se llegó al final del primer tiempo, equipos a boxes y los ingenieros en la banda pensando por dónde arreglar esto.
Comienza el segundo tiempo, los tigres han recibido una sobredosis de carburante psicológico y salen dispuestos a pasar por encima del equipo rival, pero a pesar del empuje, la trazada no es buena, y las ganas les llevan a poner más corazón que cabeza en el embite provocando derrapes y salidas en las curvas. El Montecarlo aprovecha la ocasión para subir otro tanto al marcador y el Juventud comienza a ver al rival demasiado lejos, a pesar de que en una de sus acometidas consigue acortar distancias fruto de una penalización en el área con que el juez del partido sancionó a los rojillos. De aquí al final, el Montecarlo controlando en la distancia al Juventud, y los tigres que a pesar de no rendirse en ningún momento, no conseguían dar la pausa necesaria para enderezar el rumbo.
Resumiendo, que esta vez la carrera no salió bien, pero está claro que ganas, ilusión y compromiso a estos chicos les sobran, y como esto ha sido sólo un partido de toda una liga que queda por delante, tiempo hay para aprender de los errores y corregirlos. De momento, el próximo sábado tenéis una nueva ocasión de divertiros, y da igual quién sea el rival, vosotros vais a ir a hacer lo que más os gusta, jugar al fútbol.
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