Ahí estuvisteis. Nadie que viera el partido puede decir que no
acudisteis al encuentro, porque al Real Zaragoza le costó encontrar el camino
hacia el gol gracias al esfuerzo que hicisteis por evitarlo.
Comenzó el
partido con los naranjas perfectamente posicionados en el terreno de juego,
economizando esfuerzos innecesarios sabedores de que el partido iba a ser largo
y el campo ancho. El Zaragoza hacía su
juego habitual, moviendo el balón de banda a banda a la espera del hueco que le
permitiera acelerar la acción, pero los huecos los ocupaban los visitantes
esperando recuperar el balón y salir a la contra. Así transcurrió casi toda la primera mitad,
sin embargo, a pesar de que la mejor oportunidad fue para los tigres en un
lanzamiento de falta al borde del área, los locales consiguieron finalmente la
recompensa a su dominio.
Cuando parecía
que la primera parte iba a acabar en tablas, llegó el gol del Zaragoza, y llegó
de la única manera que podía llegar habida cuenta de la gran defensa naranja;
un zapatazo desde fuera del área se coló en las redes visitantes malogrando el
esfuerzo realizado hasta el momento.
La segunda parte
fue distinta, en parte porque nada más comenzar los blanquillos lograron su
segundo gol, y la tarea comenzaba a antojarse complicada para los tigres. A pesar de ello no cejaron en su empeño, y
con una apuesta más ofensiva intentaron llegar a la portería rival. Estaba claro que esa apuesta tenía sus
riesgos, y que las espaldas corrían peligro so pena de cabalgar hacia delante y
hacia atrás sin descanso. Y a punto
estuvo de dar sus frutos el esfuerzo, porque tan solo la fortuna impidió que
dos claras ocasiones de los tigres se transformaran en gol.
Al final 4-1 para
los locales, marcador quizá excesivamente abultado para el esfuerzo y la labor desplegados
por los tigres, pero el Real Zaragoza es lo que es, y no se le puede conceder
un metro.
De todos modos,
podéis estar orgullosos, porque la poderosa selección blanquilla solo os ganó,
no os venció ;)