Cuenta la leyenda que los tigres mudan las uñas de sus garras una vez al año y que durante ese breve espacio de tiempo, que no se alarga más allá de una fase lunar, los temibles felinos se transforman. No pierden ni un ápice de su orgullo, de su fuerza, de su rápidez y su garra, de su inteligencia, pero no son capaces de clavar sus uñas en presa alguna. Se les escapan vivas. Con un susto del carajo, eso si, pero vivas.
Hasta aquí lo "negativo" de esta fase, no pasa nada, una semana sin comer. Lo positivo de esta transformación es que con sus uñas nuevas recién estrenadas los tigres son capaces de seccionar en dos un cabello lanzado al aire, y eso unido a la gazuza acumulada los convierte en una especie con más peligro que Falete en una pastelería (...por la gloria de mi madre, jar!).
En resumen, por si lo hasta aquí reseñado se intuye un tanto críptico, que jugásteis muy bien el sábado pasado chicos, que no tuvísteis la fortuna de que la pelota entrara en alguna de las múltiples ocasiones que generásteis y que el contrario aprovechó perfectamente las suyas (tremendo el zapatazo de falta desde casi el centro del campo). Este juego es así, si la pelotita no entra no ganas, aquí no hay victoria a los puntos, pero no teneis que estar menos satisfechos de lo realizado por no haber conseguido la victoria, lo importante es el progreso que llevais y lo que disfrutais jugando.
El sábado que viene nos toca contra nuestros colegas del Actur. Allí nos vemos (con garras nuevas...)
PD: Felicidades a Alvarito, el portero del Oliver. Una vez fuiste un tigre y eso se nota. (Qué manera de animar)
1 comentario:
Bien naranjas bien, no entro la pelota pero se siguio con la misma dinamica de juego algo dormidos los primeros 10 minutos pero luego la maquina naranja salio a relucir.
Esperemos ganar al actur con buen juego y disfrutando de lo que se hace
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