Rival de altura, tanto por su posición en la tabla como por la talla de sus jugadores.
Y todo un naranjal motivado para ganar otro partido.
Los chavales del Hernán Cortés aparecieron en el campo y negros nubarrones se cernieron sobre nuestras cabezas, aparecieron comentarios en la grada sobre firmar un empate y gracias al cielo que nuestros bolígrafos andaban sin tinta, porque los naranjas hoy nos han dado una lección de pundonor.
Nada más comenzar el partido nos hemos dado cuenta de que estos chicos hoy tenían ganas de jugar y venían preparados para eso (por cierto, que cada uno apunte lo que ha desayunado para repetirlo). El balón circulaba por el campo con criterio, y las aproximaciones al área rival eran frecuentes. En los primeros diez minutos se perdieron dos claras ocasiones que el portero rival salvó con grandes intervenciones. Pero no sólo se atacaba, cuando el balón se perdía, los naranjas sacaban las uñas y peleaban por él, este balón es mío!! se les intuía decir, y el sufrido esférico recibía un zapatazo que dejaba su maltrecha cabeza peor que la de la señora de Manolo ( el del bombo ) en día de ensayo.
El contrario tampoco se amilanaba, pero en sus llegadas debía sortear primero a nuestros incordiantes delanteros, después a la estoyentodossitios media y sortear a la poraquínopasas defensa, para encontrarse con Carlos que en lo que menos pensaba era en recoger el balón del fondo de las mallas.
Con este panorama transcurrió buena parte de la primera mitad hasta que en un rechace del portero se consigue el primer gol naranja (perdona hijo, pero me has pillado fuera de juego y no he podido grabar el gol. Si lo repites en el pasillo lo pongo ;). Fin de la primera parte.
En el segundo tiempo el Hernán Cortés salió a intentar remontar el resultado, la superioridad física les ayudaba a empujar y en algún momento consiguieron descolocar al Juventud, pero los chavales tenían muy claro que hoy les tocaba ganar y no podían permitir perder la ventaja que tenían. Así, en el lanzamiento de un saque de esquina, aparece la punta de una bota que introduce de nuevo el balón en la portería contraria. 2 – 0 en el marcador y cinco minutos para el final. Balones al larguero en ambos bandos y gol del Hernán que acortaba distancias y ponía el cuello de la camisa de los seguidores naranjas a la altura del ombligo. Menos mal que nuestros chicos comienzan a no imitarnos, y supieron aguantar con tranquilidad esos dos siglos y medio que transcurrieron entre el gol y el pitido final.
Al final la grada respira y se convence de que lo han logrado otra vez, y los enanos aprovechan nuestra baja guardia para sacar fruto de su esfuerzo:
Me compras una bolsa de patatas ?
Las que quieras hijo
Podré jugar hoy a la Play?
Como quieras hijo
Y esa prima que había de un viaje al Caribe?
Cuando quie…..¿?
No hay comentarios:
Publicar un comentario