Demostrado, las matemáticas fallan…
…porque cualquiera que haya visto el resultado y no el
partido pensará que el león se comió al tigre por los pies, pero no fue así.
En la primera parte el león tuvo que emplearse a fondo para
evitar las acometidas de los naranjas que, amén de evitar cualquier atisbo de
peligro en su portería manteniendo a los visitantes lejos de ella, en cuanto se
hacían con el esférico (o esferíco según el lugar de origen) se lanzaban a
buscar la portería rival poniendo el corazón en una garra a los leones. Tanto fue así que en una de las acometidas un
ligre (león con pasado de tigre ;) tuvo que sacar el balón en la misma línea de
gol con el portero ya batido. Pero como
suele suceder cuando te enfrentas a un equipo acostumbrado a ganar, en la
primera falta que se lanza contra la portería naranja, los blanquiazules
tuvieron la fortuna de encontrar el gol que les permitía recuperar el resuello.
Aún habría más ocasiones para los tigres
hasta el final del primer tiempo, balones que pasearon junto a la línea de gol cual
paloma en un desfile, remates en el área que no encontraron los tres palos y
hasta caricias al travesaño como anticipando el día de los enamorados, pero no
hubo manera, como le dijo Josefina a Napoleón cuando éste le solicitaba sus
favores: “ya pués insistir maño, que va a ser que no…”
Y así se fueron los tigres al merecido descanso, rumiando
entre dientes palabros no reproducibles en horario protegido y pensando qué es
lo que hay que hacer para ganarles a éstos…
Y comenzó la segunda parte, y los leones se encargaron de
lanzar un zarpazo mortal nada más iniciarse, poniendo el 0-2 en el marcador y
provocando la mirada al altísimo de los locales que no se lo acababan de
creer. La losa tenía ya unas dimensiones
considerables, pero las piernas de los naranjas no cejaron en su empeño por
lanzarla lejos, ni su orgullo dejo atisbo alguno a la apatía, y a punto
estuvieron de nuevo de poner las rayas encima de la mesa en dos ocasiones a la
salida de sendos saques de esquina y en un remate escorado que detuvo el
portero, sin embargo, como no, fueron de nuevo los visitantes los que acertaron
a marcar un nuevo gol y de paso finiquitar el encuentro.
Qué le vamos a hacer… ¿Qué le vamos a hacer? Pues estiraros un
poquico más con las limosnas a Santa Rita y sobre todo sentíos orgullosos del
partidazo que os marcasteis. Sois grandes pequeños ;)
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