Doce años y parece que fue ayer…
Pero no, han pasado doce años desde que comenzamos a narrar
las andanzas de unos enanos vestidos de naranja apenas más altos que el
balón. La idea era simplemente
acompañarles en su afición, animarles desde la barrera, hacer equipo, pero con
el paso del tiempo este rincón se convirtió, al menos para un servidor, en una
afición más.
Y actualizaba gráficos de clasificaciones, siempre Excel en
mano, hacía entrevistas a los protagonistas, comenzamos a grabar partidos, a
hacer doblajes, a tunear carteles de películas.
Nos inventamos a Trancas y Naranjas, montamos vídeos de ánimo con el
permiso del tío Al (Pacino), añadíamos fotos y más fotos y dábamos rienda
suelta a la prosa y el verso.
Pero sinceramente, todo esto era una excusa, una manera de
vivir el fútbol junto a esos locos bajitos quizá movidos por algo de sana
envidia (viendo ya lejanos nuestros tiempos de correr tras el balón), pero
sobre todo por la satisfacción de verles disfrutar y el orgullo que nos producía su esfuerzo.
A lo largo de estos años la relación con esta página ha
pasado por altibajos como todas las relaciones, no hay más que mirar la cronología,
pero he intentado mantener la actividad porque en el fondo, aunque el tono ha
tenido que cambiar conforme los naranjas pasaban de inocentes lechones a
resabiados adolescentes, a todos ellos les seguía haciendo ilusión verse
inmortalizados de algún modo en la red.
Por cierto, muchas veces me han reprochado padres de otros
equipos que no ponía los goles de los equipos contrarios así que aprovecho la
despedida para aclarar la cuestión igual que hacía cuando me lo
preguntaban. No se trataba de ningún tipo
de egolatría realizadora, simplemente intentaba evitar que ninguno de los
nuestros quedara retratado si el gol venía precedido de un fallo. Esto se hacía
para animar, para corregir ya estaban los entrenadores, así que pido disculpas
si alguien se sintió ninguneado por eso, pero nada más lejos de mi ánimo, de
hecho a quien me ha pedido imágenes de los partidos completos se las he
facilitado con mucho gusto.
Al final después de más de 300 partidos, 428 entradas en el blog,
261 videos y 11990 fotos, este rincón se ha convertido sin pretenderlo en el
archivo gráfico de la infancia y adolescencia de una generación pegada al
balón, y aquí seguirá mientras el tío Google tenga a bien prestarnos la
parcela. No sé cómo avanzará la
tecnología, si internet se hará holográfico y se podrán oler las nubes, pero
llegados hasta aquí me comprometo a hacer lo posible para que esta pequeña
historia siga accesible al menos hasta vuestros hijos (y en cuanto esté en la
barca de Caronte lo primero que le preguntaré es si hay buena conexión de
internet al otro lado del río para intentar continuar desde allí)
Nada más, agradecimiento enorme a todos los que nos hemos encontrado
en este camino. A los padres por tantas
risas y confidencias (a Ámbar por el zumo de cebada consumido), a los
entrenadores por su esfuerzo, a ese Presi por su cariño con todos los chavales
y sobre todo a esos locos bajitos por hacernos disfrutar tanto y permitirnos
compartirlo y a mi hijo Miguel por hacer de hilo conductor en esta historia,
eres grande, pequeño.
Seguid disfrutando con todo lo que hagáis, no hay otro
secreto.
Abrazo fuerte